Emprende, crea, disfruta…

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Cuando leo estas tres palabras seguidas, mi creatividad se despierta y una energía de entusiasmo y de acción recorre todo mi cuerpo.

Hasta ayer, eso duraba, aproximadamente 5 segundos, porque enseguida, esa otra parte de mi, esa vocecita en mi mente que me mantiene en proyectos poco arriesgados, pero que no me ayuda a conseguir  mis sueños, me gritaba: eso no es así, emprender es duro, sacrificado, arriesgadísimo ,estamos en crisis, y un sinfín de razones, que automáticamente me devolvían a mi estado inicial de comodidad sin ilusión.

Pero después de volver de Roma, donde he estado asistido al “Guerrilla Business Intensive” (uno de los mejores cursos de Marketing  y Business del programa Quantum leap de Harv Eker), mi forma de pensar «anti-sueños» ha perdido todo su poder.

La razón es bien sencilla. Lo he visto claro, a pesar de las dificultades de muchos negocios actualmente en España, otro modelo emprendedor, más basado en la Inteligencia, la Conciencia, la Creatividad ,el Marketing, más conectado con la pasión y la confianza en uno mismo es posible.

Por citar algunas de las muchas herramientas que he adquirido: su propuesta de que el 60% de un negocio se invierta en marketing en vez de grandes locales que luego cuesta llenar. Fijarse horizontes ambiciosos desde el principio, aunque uno se centre en los pasos del día a día. Utilizar las páginas webs no sólo como puro diseño sino como una herramienta para vender. Y trabajar mucho en nuestra propuesta específica de comunicación (la que realmente refleja lo que hay de único, especial e impactante en nuestro negocio) para diferenciarse en un mundo cada vez más saturado, en mi opinión suponen una gran ventaja.

Hay algo en mi modelo emprendedor, que todavía puede avanzar para permitirse ser más ambicioso, y así encontrar los recursos para llegar hasta grandes objetivos. En confiar que la inversión en Marketing no es un despilfarro, exclusividad de las grandes empresas. En entender que nuestro crecimiento personal se refleja inmediatamente en nuestro negocio.

No podemos esperar a que los gobiernos y las multinacionales nos saquen de la crisis.   Pero pienso que un modelo emprendedor diferente, ambicioso, y creativo, sí que puede ayudar a este país.

Emprendamos también con el corazón, siendo verdaderos líderes y críticos constructivos de nuestros negocios, sabiendo calcular los riesgos pero haciéndolo preferentemente en aquellos temas que nos apasionan y nos mantengan ilusionados con el proyecto, más allá de  la supervivencia y el dinero. Así ponemos toda la energía a nuestro favor.

Dejemos atrás el modelo del emprendedor solitario y colaboremos con los demás, utilicemos esas redes de personas con talento, que a nuestro alrededor, nos complementan en lo que nos falta, y están emprendiendo también con ilusión, creando ese espíritu, cada día, que puede superar el valor de un enorme presupuesto de inversión.

Fuente Foto: Viajando por el Mundo

Texto Original: Ana Contreras Ortuño

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